Cómo Crear una Cultura de Equipo

Publicado el 14/12/20141.508 palabras · 6 minutos

Muchas de las personas con las que he tenido la oportunidad de poder trabajar a lo largo de los años han oido cómo, en muchas ocasiones, he repetido la idea de que el músculo que nos permite poder realizar mejor nuestro trabajo está en el equipo.

Pero en mi experiencia sospecho que mi concepto de equipo es diferente al que puedan tener otros. Para mí un equipo es aquel conjunto de personas que:

  • Es capaz de gestionarse a sí mismo.

  • Persigue un único interés que es conocido por todos los miembros.

  • No incluye ningún miembro "imprescindible".

  • Consigue que la única tarea de cada miembro sea únicamente ayudar a los demás.

  • Hace que la comunicación fluya entre todos sin intermediarios.

  • Permite que se pueda opinar y hacer autocrítica sin miedo.

Ir quitando características a este modelo es ir desdibujándolo hasta, al final, convertirlo en otra cosa.

Para llegar a este modelo es necesario aportar un ingrediente fundamental: cultura de equipo. Los ambientes de trabajo no surgen de la nada, nacen de la interacción entre personas, así que debemos esforzarnos conscientemente en crear dinámicas que traten de beneficiar a todo el equipo en su conjunto.

A continuación doy 10 pautas de aquello que ayuda a crear una cultura de equipo:

1. Saludos, Despedidas y Conversaciones

Los seres humanos somos seres gregarios, lo que significa que tendemos a formar grupos de forma natural.

Una de las formas más sencillas que tenemos de acercarnos a otras personas o grupos consiste simplemente en saludar, en despedirnos y en mantener conversaciones, por intrascendentes que sean.

Al hacer estas tres cosas consigues eliminar la barrera invisible que forma el silencio entre dos o más personas y dejas claro que eres un miembro que pertenece al grupo y que, por tanto, estás ahí para ayudar.

2. Gracias

De ser bien nacido es ser agradecido. Si pediste ayuda a alguien y esa persona dedicó su tiempo y su esfuerzo en ayudarte, ¿qué menos que darle las gracias?. Aunque sólo haya sido por escucharte.

De forma parecida, que te hayan pedido ayuda significa que alguien ha considerado que eres la persona más indicada para ello y que merece la pena pasar ese tiempo contigo.

Intenta que tu última palabra cuando hables con alguien sea "gracias".

3. Humildad

Una de mis citas favoritas, atribuida a Albert Einstein, dice así:

Todos somos muy ignorantes, sólo que no todos desconocemos las mismas cosas.

Al entrar por la puerta del trabajo hay que sacudirse el ego personal y ponerse el celo profesional, que incluye tener una mentalidad lo suficientemente abierta como para darse cuenta de que una persona no puede saberlo todo ni tener siempre razón.

Escucha las opiniones de tus compañeros y nunca trates de imponer la tuya, tan sólo intenta respaldar tus ideas con argumentos sólidos. Pon tus conocimientos al servicio de los demás como buenamente puedas y sé capaz de asumir que tienes que hacer lo mejor para todos, que no tiene por qué ser aquello que más te gusta.

4. No Atesores Conocimiento

Para que todos podamos jugar todos tenemos que tener las mismas cartas.

El que unos pocos miembros se apoderen de determinados conocimientos propicia que haya desigualdades. Crea cuellos de botella, consigue que sólo algunos puedan opinar y genera frustración en aquellos que están jugando en desventaja.

Quien atesora conocimientos no juega limpio. Un miembro no es valioso sólo por lo que sabe, sino por las dinámicas que genera en torno a él. ¿Qué dinámicas se pueden formar en torno a una persona que siempre quiere estar en el centro de todo y que no permite que sus compañeros crezcan?.

5. Esfuérzate en Atender Bien

En psicología existe un concepto llamado "proyección", que consiste en atribuir a otras personas conocimientos, preferencias y formas de trabajar que en realidad son nuestras.

¿Cuántas veces hemos ido a preguntar a alguien y nos hemos sentido inundados ante la avalancha de conceptos que nos han soltado de golpe?, ¿cuántas veces nos han dado información irrelevante?, ¿cuántas veces hemos terminado la conversación con la percepción de que nos han hecho perder el tiempo?.

Los demás miembros del equipo te tienen que ver como un pilar en el cual apoyarse, y es difícil tener esa percepción en una persona que no atiende bien.

¡Ojo!, atender bien implica encontrar límites tanto en lo profesional como en lo personal:

  • En lo profesional debemos esforzarnos en entender qué nos quieren transmitir y tratar de dar la respuesta que nos están pidiendo, adaptando el mensaje al receptor del mismo. Hay que asumir las tareas de los demás como propias, aunque siempre dentro de unos límites.

  • En lo personal, aparte de dar un buen trato y ser agradable, hay que centrarse en aquello que hay que resolver. Entretener a tus compañeros con temas personales o que no vienen a cuento puede que se perciba como algo que no está bien.

6. Respeta el Espacio de los Demás

Una de las mejoras maneras que conozco de reconocer su labor a un profesional es respetar sus espacios de tiempo.

En cualquier profesión intelectual la concentración y la puesta en contexto son dos pilares fundamentales. Es por ello que hay que dejar que los compañeros puedan tener momentos en los cuales no se les interrumpa, dejando las preguntas y el pedirles ayuda para cuando nos puedan atender.

He aquí algunas frases que puedes utilizar con tus compañeros que harán que se sientan valorados: "¿A qué hora te viene bien que ...?", "No te quitaré mucho tiempo", "¿Puedes por favor avisarme cuando pueda acercarme por tu sitio?", "Lamento interrumpirte", "¡Muchas gracias por tu tiempo!".

7. Respeta los Horarios

No todos los miembros del equipo tienen por qué tener la misma hora de entrada o de salida, ni que hacer los mismos descansos ni a la misma hora. Tienes que ser consciente de ello, así que:

  • No agobies a tus compañeros cuando acaban de llegar a trabajar con preguntas y tareas. Todos necesitamos aterrizar.

  • No pidas ayuda a tus compañeros cuando sepas que se van a ir dentro de poco.

  • Deja que tus compañeros se vayan a descansar y a comer tranquilos.

Por otro lado, respeta tu horario. No entres más tarde de tu hora ni te vayas antes, ni tampoco entres antes de tu hora ni te vayas más tarde. En un momento puntual todos podemos hacer un esfuerzo, pero el presentismo laboral en sí es un problema que, entre otras cosas, plantea una competencia desleal con los compañeros que sí cumplen con su horario.

8. Emite Señales, No Generes Ruido

Una de los peores enemigos a los que se enfrentan los equipos es el ruido, que además puede venir de varias formas: objetivos inciertos, problemas que no están claros o respuestas vagas y cambiantes según el día y la persona.

Hay tres palabras y una pregunta que evitarán que generes ruido:

- "No lo sé. ¿Por qué no lo pensamos juntos?".

Si no puedes cuantificar algo, o te falta información para dar una respuesta, simplemente dí que en ese momento no lo sabes. Es mejor que responder una cosa ahora, una segunda mañana y una tercera la próxima semana.

Los tangibles, como por ejemplo la documentación, las actas de las reuniones o las fuentes originales suelen ser unos muy buenos emisores de señales.

9. Sé Fiable

Hay un refrán que dice que "la confianza es algo muy difícil de conseguir y muy fácil de perder".

Si tus compañeros necesitan algo tuyo para poder trabajar, dáselo de tal modo que no te necesiten una vez lo hayas entregado. Ellos podrán ser autónomos y tú podrás olvidarte y dedicarte a otra cosa. Crea una dinámica en la cual no obstaculices y permitas que los demás puedan trabajar con independencia.

Por el contrario, si lo que entregas a tus compañeros nunca está bien, o es innecesariamente complejo, o está falto de información relevante y siempre te necesitan para poder avanzar, ¿crees que realmente pueden llegar a confiar en tu trabajo?.

10. Evita Dar Sorpresas

Una vez leí que los jefes soportan bien los problemas, pero que no encajan bien las sorpresas. Yo diría que no sólo le pasa a los jefes.

Si trabajas en un equipo y detectas un problema comunícalo cuanto antes con toda la información que puedas. Da igual si el problema es técnico, de plazos o de recursos. Dilo y que sea el equipo el que decida cómo resolverlo. No lo hagas tú de forma unilateral.

Situaciones inesperadas aparecen todos los dias. Si hay tiempo e información para resolverlas se convierten en problemas, pero si falta alguna de las dos se transforman en sorpresas.

No esperes al último momento para dar una mala noticia. No conviertas un problema en una sorpresa.

Conclusiones

Hemos visto alguna pautas con las que poder ayudar a crear una cultura de equipo. Como es sabido, para recibir primero hay que dar, así que analiza cuál es la cultura de tu equipo y trata de mejorarla poco a poco, sabiendo que los resultados se obtienen a medio plazo, y tú mismo recibirás de la propia cultura de equipo que has ayudado a crear.